Es invierno, los días se hacen más pequeños.
Pero es la época del año en que más me gusta pescar, aunque tenga un pequeño accidente en la pesca.

Otro hermoso día de pesca, aquí estoy satisfecho en busca de un pesquero en buen estado.
Como de costumbre, llevé mis dos cañas de boya en la espalda en mi saco.
La caña más grande, que generalmente es la que utilizo para pescar con boya, todavía traía la boya colgando de la última jornada.

Mientras voy bajando la montaña hacia un valle, noto que la vegetación se vuelve más densa.
Pero tuve que seguir el atajo, sigo caminando hasta que me siento atrapado.
Cuando miro hacia atrás, me doy cuenta de que la línea de la caña más grande estaba atrapada en los arbustos.
Como no llegaba con mis manos, empujé un poco y lo pasé.

Finalmente, después de mucho esfuerzo y la ayuda de algunas cuerdas, llego al pesquero.

Pequeño accidente en la pesca

Saco el protector de las punteras de la caña y me doy cuenta de que he roto un poco la punta.
Consecuentemente, perdí las dos anillas que corren en la punta y la del final.

Pero como pescador precavido, vale dos.

Siempre llevo un pequeño kit en el bolsillo de mi chaleco para estas eventualidades.
Compuesto por una anilla (un poco más ancha que la original) y dos anillas deslizantes.
Este llevaba conmigo muchos años, incluso temía que estuvieran dañados.

Como siempre llevo un tubo de pegamento caliente y un mechero.
Que también utilizo para prender fuego a la basura que encuentro en los agujeros en las piedras.

Así que fue muy fácil reparar la caña de pescar en el acto e ir a pescar sin problemas.
Aquí te dejo otro consejo, que puede salvarte un día de pesca.
No cuesta nada llevar contigo un pequeño kit de anillas de repuesto.

 Un abrazo.

Manuel Monteiro