JORNADA DE PESCA CON MI HERMANA !

La pesca deportiva es un gran pasatiempo para aquellos que desean pasar buenos momentos junto al mar, conectarse con la naturaleza, sentir la libertad y el aire salado en sus rostros.
Además de un escape de la vida cotidiana y el estrés de la ciudad.
Y si durante este proceso logras traer un poco de pescado para la sopa, es un día perfecto.

¿Qué puede ser mejor que un día de pesca?
¡Un día de pesca con un amigo, por supuesto!
¿Y qué puede ser mejor que un día de pesca con un amigo?
¡Un día de pesca con un hermano o hermana, padre o hijo, por supuesto!

Mi hermana Gracia vive en Madrid, y es completamente adicta a la pesca. Allí ve mis vídeos y "contiene el mono" esperando la oportunidad de venir a Portugal a pescar.
Sin embargo, como mi hermana, me gustaba ver a más mujeres pescando.
Así que ha tenido la oportunidad, se cogió una semana libre para venir a Portugal y, por supuesto, hacer una jornada de pesca.
Así como compartí una pesca del sargo con mi hermano aquí, ahora estoy compartiendo la pesca con mi hermana.

Mujeres de pesca!!

Mi hermana realmente quería pescar, pero la experiencia aún es muy pequeña, por lo que tratar de pescar solamente sargos sería muy arriesgado y difícil de traer al para la sopa. Tenía muchas ganas de ayudarla a pescar, por esta razón, elegí llevar engodo, elegir un pesquero con acceso menos complicado, monté una caña para pescar robalizas y otra para pescar sargos, o incluso para alguna lubina que pudiera entrar-.
Y así fue, Mi hermana no tardó mucho en tener un pez colgando de la caña tirando hacia abajo.

Qué alegría fue para mí ver tirar del pez con tanta dificultad ... ehehehhe.
Aparecían los peces y, entre sargos y robalizas, pescó una buena cantidad para la "sopa", aunque esta vez terminaron en una deliciosa caldereta.
Los dos juntos limpiamos los peces allí mismo en el pesquero con agua del mar.
Cuando llegamos a casa, Gracia insistió en cocinarlos y servirle a la familia una hermosa caldereta de pescado, capturado por ella.
¡Gracias hermanita! ¿Cómo puede un día ser más perfecto?

Un abrazo.

Manuel Monteiro