Con gran entusiasmo, informo sobre esta emocionante pesquería. Fue uno de esos viajes de pesca inolvidables. Esta vez, nos dirigimos al faro de Cabo da Roca para observar el mar, pero sucedió algo inesperado. Habitualmente, elegimos la zona de pesca en función del estado del mar, pero esta vez, notamos unas rocas con condiciones ideales para la pesca. Sin perder tiempo, preparamos nuestro equipo y comenzamos la peligrosa bajada con precaución, ya que no podemos permitirnos distracciones.

Una vez en el lugar seleccionado, comenzamos a armar nuestro equipo. Yo elegí mis dos cañas Barros Versátil pro, una de 5 metros y otra de 6 metros, mientras que Hugo utilizó su Barros Versátil pro de 6 metros y una nueva adquisición: la Barros Titanus F1 de 6 metros. Utilizamos los carretes Daiwa Balistic 6000 LT y Daiwa BG RR 5000.

Con la vista puesta en el mar, empezamos a montar las cañas y a realizar nuestros montajes.

En nuestra cabeza ya se estaban elaborando diversas estrategias y planes.

Monté mi Versátil de 6m con una boya de 25gr, un poste de 4,5mt de línea Julia Rod Remake de 0,20mm y lo apoyé contra una roca.

Fui a buscar un balde de agua al mar y comencé a hacer el engodo.

Hugo ayudó a moler las sardinas y enseguida se puso a pescar, yo aún estaba terminando de moler el señuelo y él ya había arrancado la caña nueva con un buen Sargo en el primer lanzamiento.

Lo que inmediatamente pensé "oye, los sargos están ahí, esto va a ser una buena jornada hoy", por supuesto, eso fue solo un pensamiento muy rápido, he estado pescando durante suficiente tiempo para saber que eso no significa absolutamente nada.

La verdad es que me puse a pescar y no sentí ningún pez, fue muy difícil conseguir el primer Sargo, pero después de un buen rato capturé un Sargo negro, uno de esos residentes.

Hugo , iba ya en  el tercer Sargo y me preguntó si quería probar la caña nueva, tomé la caña, la tiré en el mismo lugar donde estaba pescando, esperé unos momentos y enganché un Sargazo grande, que pelear Maravilloso...

Honestamente, temía romper la caña nueva de Hugo levantando ese Sargo, pero afortunadamente aguantó perfectamente.

Después de ese Sargo, todavía estábamos pescando algunos peces más, sin embargo, no estaba satisfecho, con ese mar, deberíamos haber estado capturando más peces y más grandes.
Decidimos buscar otro pesquero, recogimos las cosas para poder caminar de piedra en piedra y nos fuimos.
Terminé eligiendo un lugar de pesca más al sur, Hugo se equivocó en el camino y terminó teniendo que dar un largo paseo (pero también es bueno que ese día fue muy duro con los Sargos).

Claro que bromeo, me encanta ver la evolución de Hugo como pescador, cuando se incorporó a mi curso de Secretos de Pesca prácticamente nunca había pescado en el mar, empezó prácticamente de cero, pero como es muy inteligente y estudió muy bien el curso y siempre hacía muchas preguntas, terminó evolucionando más en un año que yo en veinte años de pesca.
Resultó ser un buen compañero y un excelente amigo.

Nuevo pesquero

¡Debido al paseo extra de Hugo, termino llegando al pesquero totalmente destrozado, incluso le dije que descansara en la roca mientras yo pescaba, pero claro no se quedó ni un minuto, los Sargos estaban esperando!

Esta vez fui el primero en lanzarme, rápidamente me di cuenta de que los Sargos no estaban en el pesquero, pero en cuanto puse unas gota de engodo en el agua, entraron como locos.

Pasamos allí dos horas preciosas peleando con buenos peces, como le gusta a cualquier pescador, siempre de buen humor y jugando como dos niños.

Terminamos con dos cestas bien llenas .

Pero lo más importante fue realmente el espectacular día que pasamos haciendo lo que más nos gusta.

Terminamos de pescar con el sol ya poniéndose, con estas magnificas vistas   como podéis ver.

Espero que hayan disfrutado esta historia y hasta la próxima aventura.

Abrazo Manuel Monteiro

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