Jornada de pesca en busca del gran robalo
Feb 07, 2025
¡Hola, pescadores!
Hoy os traemos una jornada intensa de pesca en la que la paciencia, la estrategia , la persistencia y el conocimiento han sido claves. Después de una temporada con tiempo complicado y bajas capturas en nuestra zona habitual, decidimos probar suerte en otra ubicación: los Caños de Meca.
Las previsiones meteorológicas eran prometedoras, con una caída radical del oleaje y una marea con fuerza que nos daba esperanzas de encontrar buenos ejemplares de robalo.
Preparación y elección del spot
Nada más llegar, analizamos bien el estado del agua. Aunque inicialmente íbamos a pescar en una zona específica, tras observar el cambio en los fondos por los últimos temporales, decidimos cambiar de sitio. La clave en la pesca es adaptarse, y esta vez la intuición nos decía que otro punto era más prometedor.
Montamos nuestro equipo con cañas híbridas, que ofrecen una mejor amortiguación de las olas. Para el montaje, optamos por un hilo del 19,5 y plomo de grapa de 125 gramos, ajustando bien la presión de la grapa para evitar roturas. Lanzamos primero sin anzuelo para comprobar la deriva y asegurarnos de que el plomo se mantenía bien en la zona de pesca.
La importancia del cebo y el montaje
En una jornada de pesca como esta, el cebo es fundamental. Utilizamos choco de trasmallo en lugar de arrastre, ya que tiene menos tiempo de captura, menos maltrato y conserva mejor sus propiedades naturales. Un truco para manipularlo sin perder su calidad es extraer la bolsa de tinta con cuidado para no contaminar la carne.
Para el montaje, revisamos la calidad de los anzuelos, asegurándonos de que estén bien afilados para no perder ninguna picada importante. Una buena preparación marca la diferencia entre éxito y fracaso.
Dificultades: el enemigo invisible, las algas
Todo parecía alinearse para una gran noche de pesca, pero había un problema: una gran cantidad de algas en suspensión nos dificultaba la acción de pesca. Cada lanzamiento se veía comprometido por la acumulación de algas en las líneas, obligándonos a recoger y volver a lanzar cada diez minutos. Un auténtico desgaste físico y mental.
A pesar de este inconveniente, no nos rendimos y seguimos insistiendo. La pesca en condiciones adversas no es fácil, pero cuando hay posibilidades de encontrar un gran robalo, merece la pena el esfuerzo.
Las primeras picadas y la gran captura
Las primeras horas fueron duras, pero finalmente llegó la primera gran picada. Un fuerte tirón dobló la caña, pero al recoger nos dimos cuenta de que el anzuelo no había quedado bien clavado. Seguimos intentándolo y, tras una lucha contra el mar y las algas, conseguimos capturar un hermoso robalo de aproximadamente tres kilos.
Minutos después, una situación inesperada: una caña se fue al suelo, señal de que algo grande había picado. Actuamos rápido, recogimos con cuidado y logramos sacar otro robalo de muy buen tamaño. Una captura trabajada en equipo que nos llenó de satisfacción.
Conclusión: persistencia y aprendizaje
La jornada no fue fácil. Tuvimos que luchar contra la marea, las algas y las condiciones cambiantes, pero la experiencia nos demostró una vez más que la pesca es un juego de estrategia y paciencia. Elegir bien el sitio, leer el agua, adaptar el equipo y nunca rendirse son claves para el éxito.
Nos despedimos con dos preciosas capturas y muchas ganas de volver a la orilla en busca del próximo gran robalo.
Un abrazo
Ivan Gofishing
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